El prólogo que Juana Manso escribe para presentar su traducción de la obra Sobre la libertad civil y el propio gobierno de Francis Lieber, constituye un documento intelectual de gran valor. No es una simple antesala a un libro, sino un manifiesto político, una reflexión sobre los modelos de libertad y una defensa apasionada de la educacióncívica como fundamento de la república.
El texto procede del ejemplar conservado en la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina, Departamento de Colecciones Especiales, Fondo Juan María Gutiérrez. Es un testimonio brillante de la coherencia y la profundidad de su trabajo intelectual.
Agradezco especialmente al personal del Departamento de Colecciones Especiales de la Biblioteca del Congreso, cuya amabilidad y profesionalismo acompañan y facilitan esta investigación.
Prólogo del Traductor
Desde que llegó a nuestras manos la Libertad Civil y el propio gobierno del Dr. Lieber, formamos la intención de traducir al castellano y contando con nuestras solas fuerzas nos pusimos a la obra. Felizmente la resolución del Excmo. Gobierno Nacional de hacer conocer algunos libros de los más notables en filosofía pública y jurisprudencia incluyendo el Dr. Lieber, vino a resolver para nosotros el problema de su publicación.
La impresión ha terminado en momentos tan oportunos de enseñanza política, que no hemos podido resistir el deseo de acrecentarlo con algunas palabras, llamando la atención del lector Suda-Americano tanto para el mismo libro mismo, cuanto para los acontecimientos políticos y militares que se desenvuelven hoy en Francia.
La irresistible artillería Prusiana, ha hecho menos mal a la Francia que este libro, verdadera vanguardia de la Guerra Franco-Prusiana; la artillería ha diezmado solamente sus legiones, pero este libro con el examen de la libertad galicana y su extensión, ha reducido la Francia a un simple alumno de las ciencias sociales. Ante esa sencilla exposición de las dos libertades, Anglicana y Galicana, la Francia desciende del pedestal de 1789, y como histrión silbado que ha caricaturado su rol, tiene que recogerse entre los bastidores, a estudiar de nuevo y a callar por algunos siglos, si jamás vuelve a tener la pretensión de subir a la Cátedra de la libertad, a tronar por los labios de alguna Mirabeau, los derechos de los hombres, a la vez que como antítesis sangrienta, levanta una nueva guillotina en la plaza de Gréve, y canta la Marsella para cubrir con su música electrizadora, los gemidos de las víctimas y el estridor de la cuchilla asesina.
Es el lector Sud-Americano sobre todo el que más necesidad tiene de libros de esta clase, precisamente por la grande preponderancia y marcada influencia que han tenido las ideas francesas en estos países, deslumbrados con el brillo de la industria francesa, impresionados con su lasciva literatura, cautivados por el carácter amable y bullicioso de aquella nación y creyéndola realmente la nación guía que marcha al frente de la civilización del siglo.
Ha sido necesaria la guerra actual, para comprender algunos y para que quedase en descubierto para todos, el profundo desquicio que sus veleidades políticas, como su centralización administrativa y su pretensión de la resurrección latina, han traído a la Francia. Hoy la grande y terrible verdad está a la vista, la Francia con sus pretensiones de originalidad oriunda, es un pueblo sin instituciones, y habituado a la centralización gubernamental, en la hora del peligro supremo carece de iniciativa.
Creyó decapitar la monarquía de derecho divino cortando la cabeza de Luis XIV, y solo ha alcanzado la soberanía del pueblo representada por el César, o antes encarnada en él. La Francia ha creído que pueden haber 2 clases de libertad y ha creído que hay razas refractarias del propio gobierno, como creen los Sud-Americanos que dudan de su capacidad republicana y se empeñan en amalgamar principios opuestos, convencidos que pueden fundar repúblicas de su invención, acaso porque tomando a los franceses para modelo han creído con ellos que un gobierno sin rey merece el nombre de república, y que pueden existir religiones del estado, sin perjuicio de la libertad de conciencia, y sufragio universal inarticulado como manifestación de la opinión pública, en sociedades iletradas, cuyas masas son los meros instrumentos de los partidos en lucha, para alcanzar el poder.
Es una lección provechosa, que los Americanos del Norte después de un siglo de gobierno institucional y de práctica de la libertad, la consideran aun como un objeto de estudio, precisamente para precaverse de las interpretaciones torcidas, máxime cuando hombres tan inteligentes como Mr. Víctor Hugo hacen de la libertad un número guerrero como se deduce de una de sus Odas donde se leen estas palabras:
“Libertad! Antorcha pura
“De la gloria tempestuosa
lo que parece indicar que el autor toma a la libertad por el Dios de la guerra y a la gloria por una especie de terremoto.
Nuestros poetas han abundado en exageraciones de este género y muchos han confundido la independencia con la libertad, creyendo que la conquista de la primera, incluía forzosamente los goces de la segunda, mientras que el Dr. Lieber enseña, que apenas la independencia es uno de los elementos necesarios a el planeamiento de una serie de instituciones y sistema de leyes, cuyo resultado con tiempo, paciencia y sacrificios será libertad.
Como lo observa el Dr. Lieber, el espectáculo de la Inglaterra trae inquieto al continente Europeo, pero del de los Estados Unidos trae inquieto al mundo, y la misma Francia por sus hombres de letras ha patentizado esta inquietud, ya en cursos de legislación comparada, ya con los informes sobre el sistema de educación popular Americano.
Y con todo, los autores de la Constitución Americana fundadores de este vasto imperio de repúblicas, desdeñaron toda invención original, guiándose apenas por la experiencia histórica que señala con hechos consumados el desplome del mundo antiguo y su civilización concentrada en sus ciudades estados; y aquella catástrofe más temible de la Grecia eliminada para siempre del catálogo de los pueblos vivientes, conservada en la memoria de las generaciones por el sombrío prestigio de sus tumbas, de sus monumentos en escombros y de su imperecedera literatura. Conservando de la Inglaterra lo que necesitaban han ido evitando escollos que otros no han podido parar en 70 años a reflexionar sobre el triste papel que estaban representando ante el mundo contemporáneo, con sus veleidades políticas!
Toda nación escéptica en política como en religión tiene que caer en la más abyecta de las tiranías para prepararse a cargar con las cadenas de la esclavitud.
Hicieron de París el corazón y la cabeza de la Francia, pobre país, ¡a cuyo corazón apuntan hoy millones de cañones de agujas! Y qué lección para los países que concentran su vida entera en una ciudad, exponiéndose a correr los peligros de la plétora, mientras sus extremidades se atrofian o entumecen faltas de vida.
Sentimos que el apéndice de esta obra haya sido suprimido por economía de la primera edición y esperamos que será traducido después, porque son los cursos de derecho constitucional, el derecho inglés desde la Magna Carta hasta la declaración de la Independencia Americana, con su Constitución y las constituciones francesas desde 1795 adelante, con otros papeles importantes sobre la materia. Creemos también que deberían traducirse al castellano todas las obras de Lieber, principalmente su Moral o Ética Política.
Antes de terminar diré sobre mi trabajo, que he preferido a la versión libre la traducción literal, prefiriendo que se resienta antes de algún pecado gramatical, que de la torcida interpretación del pensamiento del autor. El primero podrá se redimido en una segunda edición, mientras que el segundo acaso no tendría reparación.
Juana Manso
Sobre la libertad civil y el propio gobierno de Francisco Lieber, según resolución del Exmo. Gobierno Nacional, vertido al castellano por Juana Manso, Buenos Aires, Imprenta Americana, calle de San Martín Número 120, 1869, 415 páginas. Prólogo de Juana Manso, I-IV.



