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La homeopatía. Medicina casera. Juana Manso

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El error que generalmente condena la homeopatía sin conocerla, nos induce a dar a nuestras lectoras una idea verdadera de lo que viene a ser la homeopatía.
Se repite con frecuencia que los remedios que usa el método homeopático, contienen venenos peligrosos, o bien que es una composición de venenos, etc., etc. Es un absurdo, mis queridas lectoras, y os lo voy a probar, por la simple exposición de la preparación de los remedios: oíd lo que dice Jahr, la mejor autoridad a este respecto.
Naturaleza y forma de los remedios homeopáticos
Úsanse en la homeopatía de las mismas substancias simples que en la antigua escuela; pero en vez de hacer como esta, remedios compuestos de diferentes plantas, la homeopatía busca al contrario procurar cada medicamento en su pureza y administrarlo sin mezcla alguna que pueda alterar las virtudes particulares. Partiendo del principio que medicamento alguno podría ser administrado con suceso, sino en cuanto es conocido en sus efectos puros, la homeopatía ha sometido al estudio una cantidad de medicamentos simples, que importa reproducirlos tal cual han sido experimentados, si se quiere poder
basarse sobre esas observaciones; aun para los medicamentos que no han sido aun estudiados, no es menos importante someterlos a esas experiencias en toda su pureza y simplicidad, porque no obstante que todo remedio compuesto forma también una especie de unidad medicamentosa, cuyos efectos pueden estudiarse, jamás se conseguirá reproducirlos una segunda vez exactamente como la primera, mientras que las producciones de la naturaleza se muestran por toda parte y siempre con las mismas
propiedades.

Al desechar todos los remedios compuestos de la antigua escuela como impropios a ser sometidos al estudio, y de ser empleados en la práctica, no tiene sin embargo la homeopatía la pretensión de no servirse sino de cuerpos absolutamente simples, tales corno el azufre, los metales, y otras substancias elementales; por el contrario ella saca sus medicamentos de los tres reinos de la naturaleza. Como lo hace la escuela antigua y todas las combinaciones químicas mismas que partiendo de leyes invariables se
reproducen constantemente, pueden del mismo modo suministrarle remedios. En una palabra la simplicidad de las preparaciones homeopáticas, de que hablamos, no se reduce a la substancia primitiva que sirve de medicamento pero sí al medicamento mismo que como tal, no debe de ser compuesto sino de una substancia medicamentosa y preparada de manera que las virtudes de esta substancia sean tan puras como bien desenvueltas en lo posible.

Si todas las substancias dotadas de virtudes medicamentosas se presentasen debajo de una forma tan cómoda como la de algunas aguas minerales, por ejemplo, nada sería tan cómodo, tan natural ni tan racional como emplearlos tales como los produce la naturaleza. Pero en grande número de esas substancias, la virtud real se halla en un estado más o menos latiente, y no debe ser puesta, en acción sino destruyendo la materia primitiva, y adicionándola en otra substancia, que en calidad de vehículo simplemente, reciba la virtud desarrollada y la transmita al organismo. En otras substancias, al contrario, la virtud medicamentosa se halla desarrollada, pero, es tan enérgica que sin la adición de una substancia que pueda moderar los efectos, no se podría emplear sin peligro de la salud y aun de la vida de los enfermos. En fin, hay otras substancias aun, que bien que su virtud no tenga necesidad de ser desarrollada, ni de ser moderada, se presentan debajo de una forma que se opone, ya a su administración, ya a su conservación, y que por consiguiente exigen igualmente la adición de substancias
extrañas para ser propias y conservadas al uso.

Álbum de Señoritas, Tomo I, Buenos Aires, enero y febrero de 1854, Núm. 5-6

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