Este artículo de Cora Olivia, publicado en La Ondina de Plata en 1867, ofrece una crítica a la novela La familia del Comendador de Juana Manso. Un testimonio contemporáneo que permite comprender cómo fue recibida su obra narrativa.
La señora Juana Manso de Norohna, argentina, escribió una imitación de La cabaña del Tío Tom (1850) de Enriqueta Beecher Stowe, dándole por título La familia del Comendador, haciendo pasar la escena en los ingenios del Brasil, donde el esclavo negro, sirve, como en Cuba, para el cultivo de la caña y forma una masa poderosa en la población del país.
El interés económico de la Nación y leyes fundamentales del Imperio opusieron su valla al espíritu democrático, que difundió la tendencia liberatriz de la señora Manso, inspiradas en las doctrinas humanitarias de sus congéneres. No obstante una modificación trascendental fijada en leyes abolicionistas preludia para tiempos no remotos la manumisión de los esclavos del Brasil.
La familia del Comendador pasó por nuestro público como La choza de Tom, saboreadas ambas por los inteligentes y desconocidos del mayor número de lectores que, por falta de discernimiento y buen gusto, sólo se apasionan de novelas detestables y corruptoras.
La Ondina de Plata, 8 de julio de 1867
