Voy á pagar una deuda contraída con el vecindario de San José de Flores el dia de la distribución de premios en ambas escuelas, Municipal de varones, y la de la Sociedad de Beneficencia.
San José de Flores ha construido las escuelas del pueblo en la plaza; recuerdo que en la inauguración de esos edificios me dieron un pellizco, suave, pero al fin increpábase mi genio descontentadizo, mi carácter perverso, injusto, oh! Es que realmente soy insoportable sobre el capítulo escuelas; se me ocurren cosas estupendas; por ejemplo; ese dia de los premios de las escuelas de Flores, al ver los salones sin tubos respiratorios, sin caños para el escape del aire viciado, al sentir que se condensaba la atmósfera a medida que se agrupaba la concurrencia, no podía menos que deplorar la pésima costumbre de hacer las cosas mal hechas por economía; decía para mi coleto, ya que se construyen edificios para escuelas, porque no les dan las debidas proporciones y se consultan las leyes de la higiene? Por qué hemos de hacer siempre todo á medias y de modo que sea preciso volver á comenzar? Si la dificultad está vencida, y despejada la incógnita, porque hemos de ser chambones toda la vida?
Decía Horacio Mann en su primer informe á la Legislatura del Massachussetts nuestras escuelas son el deshonor la Nacion. A nadie se le ocurrió tachar á Horacio Mann de malo por que decía una verdad y señalaba un mal que corregida, es hoy la gloria de su patria.
Preguntábale un empleado del Departamento de Escuelas á una dama de la Sociedad de Beneficencia que le supo repartir los premios en una de las escuelas de ambos sexos. Que le parece á V. esta escuela? No la encuentra V. muy adelantada?
La dama en cuestión que acaso veía solo y por junto alguna maestra bonita, contestó inconforme; entonces sali yo á bailar. Será V. como Da. Juana Manso que nada le gusta?… La contestación no se hizo esperar, y yo se lo agradezco á la amable señora que tomó mi defensa; continúen detestándome los pobres de espíritu, que yo he de continuar diciéndoles la verdad, y mi divisa será siempre, estas inmortales palabras de Sarmiento
“La gloria de este mundo, es hacer bien, y dejar maldecir!”
Perdonen mis lectores esta digresión, vuelvo á los premios.
En la escuela de niñas, estaba la esposicion de las obras, en la de varones tuvo lugar la distribución de premios, presidiendo el acto la amable señora doña Rosa Lezica de Larudé y componiéndose la mesa además de esta dama, inspectora de aquella escuela, de la señora socia doña F. Velez Sarfield, el señor Juez de Paz y la que suscribe.
Por indisposición de la señora de Larudé, abrió el acto el señor don Gervasio Castro, Juez de Paz del Partido; sus palabras, aunque llanas, fueron muy juiciosas y acertadas, y muy dignas de un funcionario público, que debe mirar mas para las cosas prácticas que para la retórica.
Terminada la distribución, hablé yo, y después de mí, el joven Rodriguez; hubieron arengas de niñas, canto, intermedio de música, y una descarga de cohetes, que derramó la alarma en la reunión, pues tomando á muchos á la imprevista, creyeron que eran las bombas de Curupaytí alcanzando hasta San José de Flores.
Como siempre, me mostré descontenta, llamando la atención sobre la deficiencia de un censo regular de la población, que sirva de base de comparación á la estadística de Escuelas; la necesidad de asociación como base de la acción popular, etc., etc.
A la noche hubo una tertulia bastante concurrida, en la Municipalidad, que tuvo para mí de curioso, presenciarla en el medio del patio por reflejo de un grande espejo que me quedaba al frente.
Una noche entera parada á la belle etoile viendo remolinear parejas á lo lejos y suspirando por ver lucir en el horizonte los primeros albores del dia que terminaría mi suplicio!
Van dos pueblos de la campaña próximos a Buenos Aires, á donde me dirijo instándolos para que formen asociaciones, en ambos se me dice una cosa idéntica. “No quieren asociarse los hombres, porque están divididos.” Es ese un grave mal, más grave de lo que se presume y con todo su remedio único es la asociacion, sin ella la acción popular no se organizará jamás.
La única sociedad que encuentra eco entre nosotros, es la bailante.
Trátase de saltar y comer? Todo el mundo está listo…quedábaseme en el tintero la política! Clubs Políticos, Sociedades de bailes!
Pero Bibliotecas, Escuelas, eso después, somos nuevos, pueblos jóvenes, mas tarde, por ahora la guerra, estas cosas, pues.
Cuando la América de Sud se fundaba, recién se hacían exploraciones en la del Norte, somos un siglo mas viejos que los Estados Unidos, y ellos nos llevan un siglo de delantera en civilizacion.
Pero es verdad que en aquel país, desde un principio se comprendió que sin educar las masas, la República es imposible, que la civilización es incompatible con un estado de barbarie; es verdad que los gobiernos han tenido allí la iniciativa y han tenido orejas para oir, y que Jefferson uno de los fundadores de la unión, escribía á principios de este siglo á el Coronel Jancey. “Si una nación espera ser libre é ignorante á la vez y alcanzar asi un estado de civilización, espera lo que no es ni será jamás. Todo funcionario público es propenso a abusar y subsitituir á la libertad de sus constituyentes su propia voluntad. No hay mejor salvaguardia de este sagrado depósito sino el pueblo mismo; pero el no puede defender lo que no conoce. Cuando la prensa es libre y cada hombre está habilitado á leer, no hay peligros para la libertad.”
De que sirven Dios mio estas funciones de premios con que hemos ido engolosinándonos cada año?
El Gobierno, la Municipalidad, la Sociedad, creen cumplir con su deber al reunir los niños que cursan las escuelas, para darles una medalla ó un libro cada año, y recitar discursos en que se dice siempre la misma cosa? Por ejemplo que vamos muy bien (ya es antigua esa canción) que deben agradecer el beneficio que la patria les dispensa.
Nosotros hacemos economía política á la manera de los hotentotes. Pero cielo santo, qué es la patria? La región donde nace el individuo.
Cómo se forma la renta que costea los gastos de la sociedad incorporada?
Por las contribuciones directas é indirectas aglomeradas.
Y la propia tierra pública, no es nuestra? Para que darle al niño desde temprano una idea falsa que acaso lo acompañará toda su vida!? Si, toda la vida.
Noches pasadas, un inválido que se había escedido en el vino y venia á golpear las puertas de mi casa, contenido por mi presencia emprendió contarme sus aventuras de guerra; y después de descubrir el pecho donde se divisaban tres hondas cicatrices y mostrarme una mano sin dedos; exclamaba llorando á sollozos, ¡y qué me ha dado la patria á mi? Nada!!! Salvajes Unitarios, picaron de aquí y de acullá, y ese Mitre, pícaro salvaje y toditos ellos y la patria de esto y de lo otro!!!
Diráse estaba ébrio, sin estarlo hablan lo mismo, es la naturaleza en cueros vivos como diría uno que yo conozco.
Cuando asisto á una función de premios, es cuando mas vivas se agolpan á mi mente, esas hordas de chiquillos, cruzando las calles y las plazas, vociferando, fumando, aprendiendo á robar, sucios, rotos, harapientos, estudiantes de la ignorancia, mientras no se gradúan en el crimen; en medio á esas funciones de premios es cuando yo veo erguirse el perfil amenazador de los futuros electores, los futuros defensores del órden, los futuros soldados de la libertad, y en fin los futuros inválidos, ébrios y mendigando de noche, y tratando la patria como una mesaliesa de cuarto á la calle!
Pero estas son ilusiones ó alusinaciones mias, vamos bien, como nunca, leo en una memoria del Departamento de Escuelas que apenas quedarán 6,000 niños sin escuela; cifra que me propongo verificar en mi reseña de 1866 porque sigo impertérrita en mi sistema favorito de contradecir, soy la oposición sistemada, viva y palpitante.
Al cerrar este artículo, leo la correspondencia de Castelar inserta en la Tribuna de hoy 13 de Febrero. Parece que este caballero escritor, sabe reconocer los errores políticos de su patria. Al leer las tácitas confesiones de Castelar sobre la actitud de España con respecto al resto de la Europa, he recordado aquellos testos de feliz memoria que se mandaron buscar á España para nuestras escuelas! A buena fuente golpeábamos por agua!
Oh! La indiferencia de los gobiernos y de los pueblos, que eterno cáncer para el porvenir! La fuerza de inercia es la mas invencible!
Juana Manso
Ortografía original. La Tribuna, Año XIV Número 3918, 16 de Febrero de 1867.
Agradecemos a Marinela Pionetti el envió del artículo.