Discurso de Juana Manso en Chivilcoy.1866

Comparte en:

Palabras con que Da. Juana Manso inició la planteación de una Biblioteca Pública en Chivilcoy pronunciadas en el acto de la inauguración de la Estatua.

Vecinos de Chivilcoy: No vengo a hablaros a mi nombre; soy nadie: vengo a traeros el recuerdo y el pensamiento, de un amigo que hoy se halla distante de nosotros; en la opuesta ribera del Océano Atlántico. Ese amigo es Sarmiento; él ha hecho conocer el nombre de Chivilcoy en el centro de la civilización americana, excitando el interés por este pueblo. Las palabras a que me refiero, son las siguientes:

«Chivilcoy ha llevado la solicitud hasta elevar un grupo artístico a la puerta de su escuela, confiando la ejecución al cincel del estatuario Duteil, de aquella inspiradora y sublime escena del Evangelio, en que Jesús dice a sus apóstoles: “Dejad venir a mí los niños y no se lo estorbéis.” Cuando las artes concurren a celebrar una idea social como las hazañas del guerrero, olos servicios a la ciencia o a la sociedad, el pueblo que “tal hace está salvado.”

Está salvado de la ignorancia el pueblo que levanta palacios a la Educación. Está salvado de la barbarie el pueblo que toma por enseña el cristianismo, fuente innagotable de civilización y de progreso, de caridad y de abnegación.

De hoy en más, Chivilcoy abrirá las puertas de su escuela sin preguntar a los niños por la religión de sus padres.

Las palabras que os he hecho conocer antes, están conteni­das en las páginas de un libro sublime que el mismo Dr. Ave­llaneda aquí presente, ha clasificado de Evangelio de la libertad, y ese libro es el recuerdo y el óbolo de fiesta de Sarmiento a Chivilcoy, como la piedra fundamental para una biblioteca pú­blica.

Hace algunos meses me escribía el Sr. Sarmiento, diciéndome—“promueva V. la creación de bibliotecas populares en los pueblos de la campaña de Buenos Aires, capitales de las provincias &a.  Dé V. el ejemplo.”

Para cumplir el precepto del Maestro, y llenar los deseos del amigo, necesitaba tres elementos indispensables:                                                                         

Relaciones, que me ayudasen y que no tengo.

Dinero, que no poseo.

Libros—De estos, tengo algunos y son los que vengo hoy a ofrecer a Chivilcoy; no son muchos, pero ya es algo, porque solo soy rica de buena voluntad y de perseverancia.

(Señalando la Estatua) Aquel que hoy domina la Escuela enseñando el amor y la fraternidad entre los hombres; pocos días antes que un discípulo, un amigo ingrato y traidor lo entregase al furor de los escribas y fariseos, se hallaba en Jerusalén sentado a las puertas del Templo, viendo el gentío entrar y salir, y con­tando las limosnas que caían en la escarcela de los pobres.

En esto acercose una viuda que arrojó el único denario que poseía, y Jesús volviéndose a los Apóstoles, les dijo: “En verdad, en verdad os digo,que más echó está pobre viuda que todos los otros que echaron en el arca, porque los otros han dado de su abundancia y ella ha dado lo único que poseía.” Yo seré, pues, como la viuda del Evangelio.

Fundemos una biblioteca popular, como complemento de la Escuela, y ambas como base de toda libertad, imposible sin la edu­cación del pueblo: para llenar este propósito, daré todos los libros de mi pequeña biblioteca, es cuanto poseo. Chivilcoy, los traigo con mi corazón a esta fiesta memorable; recibidlos para fundar. con ellos la Biblioteca Sarmiento.

Palabras de Juana Manso. Planteación Biblioteca de Chivilcoy. Aanales de la Educación Común. VOL.IV.1866. N°40 . Página 72.

Te gusto:

Últimas entradas

Categorías

Etiquetas

Últimos Artículos