Cartas porteñas
Actualidad—Funerales Masónicos—Literatura.
No repetiré las noticias que la prensa diaria les habrá transmitido, pero sí me contraeré a las reflexiones que sugiere la actualidad.
El hecho trascendental del momento, es un ejército de diez mil hombres, evaporado en un abrir y cerrar de ojos; y lo que es más difícil de tragar, un General de división, que para contener el motín, licencia su ejército por su simple mandato! y enseguida se retira muy fresco a su estancia y promete que de aquí a quince o veinte días tendrá otro mayor! ahorita!!!
Pero cuando estas nuestras miserias resuenen del otro lado del Atlántico, ¿qué pensará el mundo de nosotros? ¿Qué pensará de un General de provincia que vale más que todas las autoridades constituidas de su territorio, y que hace y deshace ejércitos como los muchachos levantan y soplan sus castillos de barajas?
En momentos de abrirse la campaña, a las barbas del Presidente de la Nación! …
¿Y qué quiere decir todo esto?—que las Repúblicas cuyas masas son bárbaras como las nuestras, no reconocen otra constitución ni otra ley que el sable de los caudillos: que si queremos caminar en el terreno de las instituciones, es preciso ocuparnos muy seriamente en educar el pueblo, y dar a esta tarea santa el lugar preferente de la atención pública y larga porción del presupuesto; mientras se postergue este cuidado tan premioso, esta necesidad tan urgente, hemos de vivir en perpetua tormenta revolucionaria o en constante anarquía; porque en la República donde el pueblo es el Soberano, es donde mayor ilustración se requiere también de parte de este.
Aquí se han empeñado en santificar el proceder de Urquiza, pero yo no daría ni dos cobres por su pureza: en fin, lo menos que indica la disolución del ejército entrerriano, es la indisciplina de esos provincianos, su falta de respeto a las autoridades locales y nacionales, su indiferencia de ser gobernados por los paraguayos, y su estupidez intensa.
Tal vez Urquiza viendo que a Paunero le decretan una medalla de oro por haber hecho fusilar sus soldados sin necesidad en Corrientes, espere que en premio de conjugar un motín con un licenciamiento, en vísperas de abrir las operaciones, le otorguen a él una medalla de brillantes!…
¿Si estaremos todos por enloquecernos?
Entre tanto la reacción ultramontana se pronuncia de día en día, y la correspondencia de Europa por este último paquete, nos trae la noticia de que es un movimiento universal tentado por el clero para volver a ampararse del poder ¡en pleno siglo XIX! ¡Qué sueño! ¡Quieren jugar el todo por el todo!
El corresponsal de Italia es persona bien informada a quien puede darse entero crédito; él nos dice pues que en Hope Darmstadt, el gobierno se ha visto en conflictos con el país por el concordato que entrega la instrucción pública de ese Ducado al clero y por el establecimiento de los Jesuitas; en Prusia la cosa ha sido entre la catedral y el gobierno por causa de un Arzobispado; en Baviera por causa de un Seminario que se quería dotar de una clase superior de Teología. En Baden, han andado también a torniscones; añade el corresponsal: «Esta recrudescencia de furores sacerdotales en Alemania, verificase a la vez en Francia, en Italia, en Rusia y en Turquía. Esto es un fenómeno digno de ser notado, y que puede dar mucho que pensar.»
Podríamos añadir al cuadro del corresponsal italiano, que en América meridional, la furia clerical viene haciéndose sentir; en ciertas conferencias ya se habla de la impiedad de los mozalbetes que a pretexto de libertad rechazan ciertas iscas que les largan con anzuelo pequeño!
Por otra parte, un hecho bárbaro ha tenido lugar en un paraje denominado las Toscas; parece que un caballero muy rico tenía ese campo arrendado y que los pobladores no pagaban como el dueño quería, o pagaban mal, el caso es el Gobierno de la Provincia dio la orden de arrasar la población, prender los hombres y llevarlos a la cárcel de la villa inmediata, dejando las familias al descampado, y rematándoles sus bienes; parece que además, les mataron los perros y otros animales domésticos echándolos a los jagüeles, de modo que esas infelices familias, ni agua para beber tuvieron; persona respetable de la campaña, me afirma que es cierta tan horrible tropelía.
Por otro lado, aparecen de un tiempo a esta parte pájaros de raro plumaje, a los que se dan buenos empleos y aun de responsabilidad, por ejemplo en la instrucción pública, … mucho me temo que si el nuevo gobernador para 1866 no es un hombre de reconocida energía y liberalismo, las cosas no se presenten con un aspecto tenebroso y desagradable. 1
Como verán Vds. por los diarios, los Masones hacen un Funeral Cívico á Lincoln en el Teatro de Colon; ¡quién pudiera ver! … y oír; pero esto no es para los profanos y mucho menos para las mujeres… .de estos países.
Los tales Masones van sacando los pies del plato, y la jauría ultramontana tuerce la nariz.
¿Qué decirles de Buenos Aires? sino que está como una ciudad arrasada por el cólera: de noche no anda alma viva por las calles y cada cual se queda en su casa; sin embargo la Victoria y los Bufos trabajan, los salones de recreo también; el Empresario de Colon ha hecho un 2 de Diciembre con sus Artistas, y parece que algunos dilettantis enragés y apasionados de la Briol se preparan a suicidarse si ella no canta! más razón tuvo el Inglés que se ahorcó, porque no le echaron azúcar en el té, visto que para los Ingleses, tomar el té es un affaire serio.
No terminaré esta carta sin hablarles de un libro precioso, llegado por el último paquete, cuyo título es: —«Los Representantes de la Humanidad»—Su autor es un sabio americano, Ralph Waldo Emerson, nacido en Boston en 1803.
Este libro de que me ocupo es un curso dado por Emerson en Londres en 1848 en el momento de los grandes sacudimientos de la revolución; más bien que otra cosa puede considerarse una nueva escuela literaria en la aplicación de las grandes facultades con que vienen dotados los hombres predestinados a representar la humanidad por su genio.
Esta no es la teoría de los hombres providenciales, sino de las grandes inteligencias que encarnan el alma universal y dejan en pos de sí una enseñanza, un germen al que se identifican las generaciones que vienen en pos.
Platón, Montaigne, Swedenborg, Shakespeare, Goethe, Napoleón, son las individualidades que han servido a Emerson para iniciar esta historia del genio, que escritor alguno antes que él, no había intentado, si bien en los cursos de Literatura encuéntranse siempre apreciaciones más ó menos científicas; pero el libro de Emerson, no se limita a eso solamente, los horizontes de su pensamiento son más vastos y luminosos, es la inmortalidad, es el alma universal, como si dijésemos una regeneración del panteísmo, que solo corazones de muy alto temple pueden apreciar. Espiritualista en su doctrina, como en sus tendencias, el pensamiento grandioso que domina su libro se comunica al lector y lo arrebata a otro mundo de luz y de inefable serenidad, desliga, quiebra las cadenas que nos aprisionan con las miserias y las pasiones del día á este mundo raquítico y positivo: el que quiera embarcarse con Emerson en su leve navecilla, y aventurarse con él, sobre su océano azul, inmenso, sereno, pierde necesariamente de vista estas playas pestíferas, capaces de contaminar el alma más noble y el espíritu más elevado.
En prueba de mi cariño a la Revista, haré para el próximo número, algunas transcripciones del libro de Emerson.
Violeta
Juana Manso