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«Cartas Porteñas»,1865 : Juana Manso, reflexiones sobre la guerra, el teatro y la literatura

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SUMARIO—El sorteo—La guerra—Teatros—Literatura—Conciertos—Episodios de la vida.

                                                                                                   Buenos Aires 13 de mayo de 1865.

La semana que hoy termina empezó por el sorteo de la Guardia Nacional.—Los jóvenes alegres como siempre, se encaminaban con la indiferencia de los veinte años a la urna que contenía tal vez la solución de su destino: los hombres maduros, los hombres de mediana edad pero que tienen hijos pequeños y familia, esos iban seriamente preocupados de si sacarían bolilla negra o blanca ; si un mozo sacaba la blanca — marcha — él era el primero a festejar la partida ; si era algún padre de familia que le tocaba la blanca, se retiraba en silencio a llevar la triste noticia a los suyos que lo verán partir con el corazón comprimido! Tan justa como sea la guerra del Paraguay, es innegable que ha venido muy a destiempo para estos países convalecientes de sus largas luchas de partido, diezmados, doloridos y que recién empezaban a saborear las delicias de la paz y del bienestar: todos los proyectos de familia, todos los sueños dorados de fortuna, se han desplomado…. Creo que cada ciudadano cumplirá con su deber hacia el país, y marchará en su puesto, pero no hay que engañarse sobre la verdadera fisonomía de la sociedad, ella es melancólica: la ciudad está triste, y la paralización de ciertos ramos del comercio no tardará en sentirse…. ¿Cuánto durará esta guerra? Nadie lo sabe—¿Qué hará este nuevo Zar de la Rusia Americana? ¡Dios lo sabe!

¡Que nuestro ejército no tenga la suerte del que llevó Napoleón a la Rusia de Europa!

Los Teatros siguen funcionando— Colón ha dado no sé cuántas funciones patrióticas: los Bufos ríen y hacen reír: la Victoria se entretiene en representar «Don Juan Tenorio.»

¡Cuán atrasados estamos, ni a lo menos un teatro nacional que sea la expresión de nuestras costumbres!

Dramas de puñal, y cuando eso falta, comedías españolas en verso, o pobres imitaciones de la Literatura francesa y mas nada….

Sin embargo, esta ninguna protección que se dispensa a la literatura del pais, envuelve el grave mal de condenar estas épocas al olvido perpetuo; los venideros al querer estudiar el espíritu de nuestra sociedad actual, no encontrarán ni crónicas, ni Teatros, ni romances, que arrojen un poco de luz sobre esta pobre humanidad actual pronta á suscribirse a Andrés el Saboyardo y María o la hija de un jornalero y porción de fárragos de es jaez, mientras que un solo romance de costumbres, poca o ninguna acogida hallaría.

Apropósito de romances, Alejandro Du mas (hijo) ha escrito un precioso libro cuyo título es «Aparecidos.»

Asunto fantástico, original pero de una moral severa en su fondo: los personajes que lo componen son Pablo y Virginia, Marión Delorme y Des Grieux, Werther y Carlota.

Bernardin de Saint Pierre y Goethe, son de la partida, pero lodo presentado con suma novedad y un estilo encantador.

Alejandro Dumas hijo tiene 32 años: antes de esa edad, Cuenca había descreído de la vida v del porvenir, y escrito en sus delirios del corazón la horrible palabra ¡Jamás! pero es verdad también, que en estos países los hombres de inteligencia, si no hacen su camino por la política, lo que es por la Literatura, dice Mansilla que tienen que resolver antes de todo, el problema de su estómago

Dos concertistas alemanes, se hallan en este instante entre nosotros; vienen creo que de Chile. A veces alguna tempestad lejana suele arrojar a las playas de América estas golondrinas del Mundo Artístico que raras ocasiones tienen nido fijo—nosotros poco conocemos este género de diversión de tanta boga en Europa.

Estos días presencié un episodio íntimo que me ha conmovido hondamente.

Conozco una desgraciada familia, de esas que viven amarradas al cepo del trabajo para sacar en limpio un pedazo de pan escaso, y un techo donde albergarse hasta que la muerte termina el drama de la vida.

Para una gente así, una máquina de costura era el término del sufrimiento, la esperanza, la felicidad, el alivio de una tarea penosa…. Y la máquina se consiguió, el sueño estaba realizado, la esperanza de mejores días era una realidad consoladora…. ¡Puede V. imaginarse qué suaves lágrimas de placer, qué bendiciones, qué gratitud hacia la misericordia de Dios! pues me he atrevido a pronosticar que esta familia tendrá otra alegría mayor porque ni el mal ni el bien suelen venir solos en este mundo.

No cerraré esta carta sin felicitarlo por el primer número de su Revista: excelente tipo, buen formato, variedad de artículos, materias atractivas, buena impresión, buena corrección, y más que todo eso el impulso de un generoso corazón que procura reunir en unas cuantas páginas deleznables, el pensamiento que se embota solitario, falto de espacio donde expandirse.

Mala es la época que atravesamos, pero no hay que desanimar: lo que es elementos para la redacción, no han de faltar; Dios permita que la parte monetaria representada por los suscriptores, sea aún más abundante.

Violeta.

Juana Manso

Cartas Porteñas, La Revista Literaria, Periódico Hebdomadario de Literatura, Montevideo, mayo 21 de 1865, Año I, N°3 ,LEER

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