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Mesa del Editor/Juana Manso, 1874

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La redacción de los Anales ha recibido este mes el número 8 del Amigo de la Infancia por el mes del próximo pasado noviembre.
Un folleto en verso datado de la Guaira, y una obra en dos volúmenes, cuyo título es «La Educación del Pueblo»; escrita por el Dr. D. José Pedro Varela miembro de la Sociedad «Amigos de la Educación.»
La obra del Sr. Varela es un extracto condesado de las doctrinas de los más afamados escritores educacionistas, ingleses, americanos y franceses.
Fundada la excelencia de la educación en su parte doctrinaria, el Sr. Varela entra a trazar a grandes rasgos unas veces, otras con más minuciosidad un sistema general de educación común cuya base sería las
1o. Escuelas jardines (Kindergarten).
2o. Escuelas Normales.
3o. Universidades.
4°. Educación de la mujer.
Pide el Sr. Varela a la vez, rentas proporcionales para la educación, edificios propios para la escuela, aparatos y todo aquello en fin, que dignificando la escuela, la enaltece en sus propósitos cuyos resultados no pueden ser dudosos cuando los elementos que la componen son óptimos.
Todas las cuestiones referentes a la educación del pueblo, han sido tratadas con conocimiento de causa por el joven escritor, revelando amplia lectura sobre la materia y una loable contracción para con una ciencia, puede decirse, desconocida aun entre nosotros, sin más estímulos que el amor de la humanidad, y sin otra recompensa que la silenciosa satisfacción de la conciencia.
El Dr. Varela es un aventajado poeta, y de haber continuado como escritor de amena literatura, es indudable que habría visto crecer su fama; pero sacrificando sus ilusiones juveniles a un rol menos brillante pero más útil para su patria, debemos esperar que el escritor educacionista, Varela, preste reales y relevantes servicios a la noble causa a la que ha dedicado su bello talento.
La Sociedad de Amigos de la Educación que tan loable ejemplo de perseverancia está presentando hacen siete u ocho años, daría un gran paso estableciendo escuelas nocturnas para adultos, en las que ellos mismos fuesen los maestros.
Creemos también que a todo costo deberían envidar sus esfuerzos para construir el primer edificio para escuela o antes presentar al pueblo Montevideano en conjunto todos los prodigiosos adelantos, y elementos que constituyen la escuela moderna, para despertar la opinión, enamorar los padres y las madres de familia por lo bello, por lo bueno para sus hijos.
Leer, no es lo mismo que ver, la mejor propaganda es la que se hace por la vista. La descripción no da una idea, no puede causar impresión, no excita sensaciones, como aquello que se ofrece a las miradas.

Mesa del Editor, Anales de la Educación Común, Vol. XIV, diciembre de 1874, Número 5. LEER COMPLETO

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