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Carta de Juana Manso a Sarmiento (1866)

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Buenos Aires, 26 de Mayo 1866
Sr. Don. Domingo F. Sarmiento

Mi estimado amigo: Los Anales de Abril le llevarán la vista de la Escuela Sarmiento, y los de este mes buscaré proporción que se los lleve; casi todo el número lo ocupan sus cartas una a mí y su última a Pazos, reservando la que me trajo el joven Arosemena.

Ayer estuve en la Plaza; revistarían mil niños que cantaron bastante regular desfilando después por delante de la Municipalidad. Me contó el Inspector que la víspera el Sr. Peña había repartido medallas y diplomas a los mejores cantores. Como a mí no me convidan para ninguna de sus farsas nada puedo decir respecto a la Escuela de Música de la que me ponderan los progresos.

Días pasados estuve en el Departamento en horas de oficina y no encontré alma viva, todos estaban en la Escuela Normal que es el sueño dorado de Peña; ahora salió Santa Olalla, que ha entrado a la Catedral al Norte en reemplazo de Larguía que renunció, y en la Normal está Chanelet el que era maestro de San Isidro. Peña es Catedrático de Filosofía en la Universidad, Director de la Escuela Normal y Jefe del Depto. No puedo conseguir los movimientos, y en cuanto a los trabajos del Dpto., dan risa, rabia y lástima, de tales sonseras consisten. El día a que me refiero estaban de exámenes en la Normal y me lo habían llevado al pobre Pazos que se ríe con migo a banderas desplegadas en los hocicos de estos pobres golpeados. Con motivo de los tales exámenes apareció un suelto en la Tribuna encareciendo los progresos de la Normal!!!

Tenemos a Alsina de Gobernador, Avellaneda y Varela Mariano, de Ministros, pero el Gobernador en su programa, ni palabra de la instrucción pública! Este año ni sabemos cuántos niños aprenden a leer en la república. Recordará Ud. una plantilla en blanco que le envíe y cuyo padrón di yo; pues bien; impresa como la llevaron de la Imprenta esta sobre la mesa del oficial mayor del ministerio; pregunto el otro día por más y me contestan que no la han mandado por la guerra! Pobre país! Desde que Ud. falta de Buenos Aires, hemos progresado en iniquidades y desmoralización.

Chivilcoy se lanza en el camino de la Reforma; le adjunto el Reglamento de sus Escuelas Públicas. En mi contestación a Villarino, insisto porque renuncien á la subvención que le mandan de aquí, porque manden buscar tres maestras bostonianas y dividan su partido en distritos escolares. Brand estuvo la semana pasada y ya regresó a Chivilcoy, colgarán los Doctores de la Ley las doctrinas del Reglamento que van a presentar. La Comisión Municipal de la ciudad ha andado visitando las escuelas, y ha entrado en consejo con el Inspector y el Jefe, pero no dan en bola; nada de construir escuelas, nada de agitar la opinión, nada de estudiar los movimientos, creen que es todo punto inútil.

El Colegio Nacional de Buenos Aires, gasta como 70 a 80 mil pesos mensuales en educar a todos los hijos de los Senadores y Diputados de la Nación, oh! como lo conoce Ud. Están proyectando gastar cien mil pesos en una nueva Convención para reformar la Constitución, y Dios sabe sino suprimen los ciento veinte pesos mensuales que el Gobierno me pasa para los Anales, no creo yo que haremos nada, o antes Ud. y yo moriremos en la demanda sin haber conseguido, ni vislumbrar el albor consolador del porvenir.

De mi circular dirigida a las Municipalidades de Campaña buscando subscripciones a los Anales, solo han contestado Chivilcoy pr. 40 — Belgrano por 3, Lujan pr. 4 — Salto por 5 (antes impagos) — Merlo por 5 — Mercedes por 10 a puro pujar, el 25 de Mayo un NO redondo, el Tordillo por 2 y no hay escuela allí, estoy esperando a Mendiburo; el Baradero pr. 4 ejemplares, aquí estuvo el Municipal del Banco y el Preceptor, un excelente sujeto. La Campaña no esta contenta, con el departamento y cada día más descontenta con la Sociedad de Beneficencia. Lea y diviértase.

Dirigí un oficio a la Sociedad acompañado de un ejemplar de los Anales sabía que le iban a rechazar pero quería divertirme con las viejas. De allí a días lo devolvieron y que no se subscribían faltas de dinero. Les contesto con otra nota y les regalo 50 ejemplares mensuales para sus escuelas a nombre de Rivadavia que, extendió a la mujer los beneficios de la educación. Mi nota hizo el efecto de una bomba, casi les da un tabardillo de rabia, así es que devolvieron los 250 ejemplares eran cinco meses de los Anales!

Hace pocos días, a un cura polaco que anda pidiendo limosna pa los católicos polacos, esa misma Sociedad le envió cincuenta libras esterlinas! Todo farsa! La claque católica de Buenos Aires ha dado una lectura pública con el mismo objeto, a mí no me han convidado, soy hereje, hacen bien.

-No olvide a su firme amiga.

Juana Manso.

 

Juana Paula Manso. Vida y acción por María Velasco y Arias, Buenos Aires, 1937.

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