Su labor como vocal en el Departamento de Escuelas provoca malestar.
Como mujer de pensamiento propio, sus críticas crecientes la exponen a un hostigamiento violento, pero Juana no se deja amedrentar.
Acudimos nuevamente a los escritos de Liliana Zucotti:
Esta labor extensa y heterogénea tropieza con la mirada recelosa u hostil de diferentes sectores: las damas de la Sociedad de Beneficencia no le perdonan su defensa de las escuelas mixtas ni el control oficial que la maestra solicita para las escuelas de niñas; los adversarios de Sarmiento ridiculizan su fervorosa y altisonante defensa de la escuela pública; las maestras reaccionan en contra del perfil profesional que Manso quiere imprimir a la enseñanza o tachan de inmorales las clases de gimnasia que quiere incluir en el currículo; la Iglesia la ataca por sus artículos proselitistas en favor de un Estado laico.
Cada uno de estos enfrentamientos reserva anécdotas singulares. Las mujeres del siglo XIX, dirigidas en parte hacia una dulce reclusión en la esfera doméstica, reciben -—por lo menos en las clases altas— un tratamiento ceremonioso, galante y concesivo: en canje de la docilidad y la palabra recatada disfrutan de la primacía simbólica de ser damas, un privilegio del que sin duda no gozará Juana Manso. La emergencia de esta voz solitaria y singular en el espacio público del siglo XIX constituye por sí misma una historia.
En la Historia de las Conferencias Pedagógicas desde 1863 hasta 1870. Por un testigo ocular, que publica en los Anales, describe con amarga ironía los constantes ataques que tuvo que soportar. Ante los embates se refugia en la lectura:
Durante esta época de presentaciones de maestras en mi daño, de excomuniones municipales, de enjuiciamientos a manera de pugilato en la prensa, por Cantimplas de carácter independiente cuando el adversario es inerme; injurias en público y en privado, lloviendo sobre mis espaldas a manera de granizo, entendí que nada podía hacer más acertado que encerrarme en el recinto de mi hogar, dejando a mis gratuitos y poco galantes adversarios batallar contra los Molinos de viento, y entablar yo estrecha relación con el alma profunda y el genio fecundo, de aquel, cuyos restos inanimados duermen hoy el sueño sin mañana, bajo las bóvedas graníticas de Westminster. Compré las obras de Dickens, y comencé a leer con aquel candor de los primeros años de la vida, llena de fe en el médico del alma, al que confiaba la serenidad de mi espíritu y la guarda de la sensibilidad de mi corazón, que deseo baje a la tumba exento de la hiel amarga de las malas pasiones. –Artículo en Anales 1870.
Las hermanas Isabelle y Anne Dudley junto con Fanny Wood, maestras norteamericanas arribaron al país y visitan a Juana Manso con frecuencia, y ella les da clases de castellano.
Juana tiene reservas sobre la conveniencia de enviar a estas niñas al interior del país, dado que la situación política y social es alarmante. Aunque no podía confrontar abiertamente a Sarmiento, hace todo lo posible por protegerlas. Sin duda, estas diferencias influyeron en su relación con el presidente.
Es Miembro Honorario de la Sociedad Círculo Literario, presidida por Alejo Avelleyra.
Publica artículos en defensa del Proyecto de Matrimonio Civil en El Inválido Argentino, destacando las teorías del Dr. Frías y el espíritu republicano, además de en la Revista Argentina.
Es Socia Corresponsal de la Sociedad Amigos de la Educación Popular de Montevideo.
En mayo de 1871, Avellaneda la nombra miembro del Consejo de Instrucción Pública, convirtiéndola en la primera mujer en ocupar un cargo público. Debe afrontar las consecuencias por la crudeza de sus informes y la franqueza de sus críticas y denuncias. No tolera la hipocresía de las instituciones ni la intromisión de la iglesia. Fundamenta su pensamiento en la prensa y en los Anales, donde publica las sesiones del Consejo.
Su filiación a la masonería queda registrada. En 1869, figura en la lista de protectores de la revista masónica El Progreso, una publicación filosófico-social contra las sociedades jesuíticas y vicentinas, y propagadora de las Doctrinas del racionalismo y la francmasonería. La revista, dirigida por Luis Ricardo Fors, se editaba en Buenos Aires, en la Imprenta del Porvenir.
Es Miembro Honorario de la Asociación Amigos de la Instrucción Popular de Mendoza.
Publica en los Anales el Reglamento de las Escuelas Infantiles de la Ciudad de Buenos Aires dado por el Consejo de Instrucción Pública para el año 1870 y el Programa para el Concurso de Oposición de Señoras a la Escuela de Ambos Sexos N°7 de Buenos Aires. Años de prédica dieron sus frutos.
Traduce y publica en los Anales Lecciones sobre objetos para los maestros y los padres por N.A. Calkins.
En los primeros meses de 1871, el cólera azota Buenos Aires. Juana Manso describe los dramáticos acontecimientos en los Anales, dando cuenta de la magnitud de la tragedia:
Hacen tres meses que la muerte reina soberana sobre esta poblacion, y un mes hace que la vida intelectual cesó con el curso de escuelas y colegios, cerrados y desiertos. La desolacion como una sombra glacial se desliza sobre la juventud; aquí la arroja temprano á la fosa comun; allí la deja huérfana y dolorida, arrebatándole parientes y amigos. En toda la provincia le ha cerrado la rutinera escuela, dejando los niños inertes, contemplar los estragos de la inexorable epidemia que nivela todos los rangos sociales!
Los millones que se han negado á la cultura intelectual del pueblo, se han gastado hoy en enterrarlo! El secreto de las epidemias escapa á la mente del pensador y en vano seria querer señalarlo con precision matemática, pero puede decirse sin exajeracion, que la ignorancia agrava el mal, asi como la inteligencia lo combate y minora. La ilustracion trae de suyo el conocimiento de la higiene y de la fisiología, de las leyes naturales y la manera, ya de obedecer esas leyes, ya de precaverse de los resultados de la infraccion.
En esta epidemia es donde mas en descubierto se ha presentado la ignorancia del pueblo y aun de las autoridades. Si fuésemos á pasar en revista todas las medidas llamadas higiénicas, no encontrariamos una sola que mereciese tal nombre; ni aun una larguísima constitucion de la Junta de Higiene dividida en innumerables artículos y dirigida al público. Al público que no sabe leer en su casi totalidad! Tiempo mal gastado señores Doctores, si ese público es capaz de deletrear, no lo es de raciocinar, ni menos de comprender lo que lee. No está educado, no sabe lo que le dicen, deslie los ungüentos y los hace beber; mientras frota con los vomitivos !
Puede decirse, que esta ciudad ha pagado el pecado de la ignorancia con su vida, y acaso con su porvenir, porque ha llegado el dia en que las cartas están jugadas; ó se pone esta ciudad en el estado higiénico de las grandes poblaciones ó decrece su importancia comercial, y otros centros le disputarán la supremacia de que gozó hasta aquí. –Anales 1871.
Sufre la muerte de su amiga Fanny Wood:
Entre las víctimas de la epidemia tenemos que lamentar la de la señorita Fanny Wood preceptora de la Escuela Graduada núm. 1. Era precisamente este año en que ella contaba poner en práctica un curso regular graduado con los medios puestos á su alcance, que no eran sin duda los mas á propósito; pero otro debia ser su fin en estas regiones, y jóven y llena de vida, ha desaparecido de entre nosotros, falleciendo lejos de su país y de sus amigos en esta misma tierra, á cuyo progreso ella quería contribuir siquiera con el contingente de sus servicios harto necesarios en la causa de la educacion.
Es nombrada vicedirectora interina de la Escuela Graduada Nº 1, que se puede considerar la primera escuela laica, dado que, por decisión propia, elimina la enseñanza del Catecismo de Astete. A pesar de las severas críticas en los informes de los inspectores, no se deja intimidar y denuncia públicamente la situación en los Anales.
Es corresponsal del periódico América Ilustrada, cuyo redactor es Juan Ignacio de Armas, editado en New York, en 1872. Expresa libremente su visión política sobre el país y la unidad americana. En la Sección Correo del Plata, sus cartas abordan diversos temas: la lucha por la independencia de Cuba, la libertad religiosa, la Exposición Nacional de Córdoba de 1871, las ferias en la Recoleta y temas de educación.
Es cofundadora de la Sociedad Pestalozzi, originalmente conocida con el nombre de Sociedad de Educación, cuyos miembros crean el periódico Educación moderna.
En 1873, los Anales de la Educación Común son retirados de circulación durante cinco meses, lo que provoca una violenta reacción de Juana Manso frente a semejante acto de censura. Denuncia con firmeza la medida adoptada por el Consejo de Instrucción Pública, que, aprovechando su ausencia, toma la la decisión sin respetar el quórum legalmente establecido.
En septiembre escribe un Editorial en el que rechaza enfáticamente el pedido del obispo de reinstaurar las clases de catecismo los jueves por la mañana. La propuesta incluía decretar asueto y obligar a las maestras a acompañar a los niños a la iglesia. Gracias a su firme oposición y argumentación, la medida no llega a implementarse.
Juana publica en los Anales un análisis crítico del Proyecto de Ley Orgánica del Dr. Malaver, uno de sus más feroces adversarios en el Consejo. Sus editoriales son contundentes.
Traduce y continúa la publicación en los Anales de una selección propia de los Informes de Horace Mann.
Ya cansada y enferma de hidropesía, se retira a su casa en Belgrano. La amistad con su joven y talentosa alumna, Carmen V. Campero, alivia en parte su soledad. En noviembre de 1874, publica en los Anales la traducción de Carmen del cuento El valor de media corona (Evening at home). Más tarde, cuando no pueden verse, Juana le escribe con tristeza:
Querida China: la resignación es una virtud, pero ella, como toda virtud, sólo se adquiere a costa de sacrificio, también yo estoy resignada, pero nuestra súbita separación, me ha producido una crisis moral, que a mi edad, puede determinar un cambio radical. Estoy triste, taciturna, callada y tengo una indiferencia por todo, que solo cede a irritaciones de humor pasajero pero que no son de mi carácter. La ausencia puede y suele consumar cambios inopinados y sin retorno pasajero. Velasco y Arias, Cartas inéditas de Juana Manso, Buenos Aires, 1938.
En sus últimos editoriales Juana aborda temas fundamentales como la educación de la mujer y la primera infancia. En el editorial de diciembre de 1874, inspirado en la presentación del folleto La educación del pueblo de José Pedro Varela, reflexiona sobre la educación de la mujer y su derecho al trabajo:
…¿Es posible concebir la felicidad del hogar con mujeres ignorantes, mezquinas en sus acciones, egoistas, sin más Dios que la moda, i sin otro pasto de conversacion que la vida ajena?…
La mujer tiene necesidad de aprender muchas cosas mas que el hombre, porque este basta con que aprenda una carrera; pero ella tiene necesidad de prepararse tanto para hacer el viaje sola, como acompañada. En el primer caso tiene que ganarse la subsitencia sinó es rica; en el segundo caso ella es el Ministro de Hacienda de su marido, por que la economía de una casa es su renta mas segura; ella es el médico de sus hijos, la providencia de la familia i debe poseer todas la habilidades que comienzan en el salon i terminan en la cocina, i en el arreglo de la despensa. (…) Si el marido se arruina, si cae postrado en una cama, quien sinó ella está destinada á tomar sobre sus débiles hombros la pesada carga de la subsitencia de todos? Esto lo vemos todos los días, son dramas domesticos que se repiten á cada paso, i entonces la pobre mujer por falta de mejores habilidades tiene que recurrir á el trabajo manual por falta de una mejor preparación intelectual.
En diciembre de 1874, publica en los Anales el Proyecto de Reglamento de las Escuelas Infantiles de la Ciudad de Buenos Aires, que había enviado en 1870 al Consejo de Instrucción, y que no había sido siquiera considerado para su estudio y aplicación.
En su lecho de enferma recibe la visita de la escritora Juana Manuela Gorriti.
En febrero de 1875, en su último editorial, Juana Manso transcribe un fragmento del libro La Alemania Contemporánea de Bourleton, que aborda las Escuelas Jardines. A partir del texto, reflexiona con amargura sobre la indiferencia y el desconocimiento de los gobernantes hacia la educación preescolar. Subraya la importancia de estas instituciones como pilares fundamentales para el desarrollo de la infancia y el progreso de la sociedad:
No es el objeto primordial de la instruccion enseñar á leer i escribir en la edad mas temprana, sinó desarrollar la planta llamada niñez; desarrollarla de manera que la sávia vital circule en sus tegidos sin embarazo alguno, i adiestrando sus facultades mentales no á recibir, sino á asimilarse los conocimientos que imparte la escuela moderna, compendio de todas las materias científicas que impelen al hombre en el camino de la observacion de los hechos, i de la investigacion de las causa.
En abril, Juana Manso se ve imposibilitada de continuar con su labor, y Augusto Krause la reemplaza en los Anales de la Educación Común.
El 24 de abril, a las cuatro de la tarde, Juana fallece. Ese mismo día, Augusto Krause anuncia a los alumnos de la Escuela Normal que quedaban abolidos la pena y el castigo físico, una causa por la que Juana había luchado incansablemente.
Había sido advertida de que se le negaría sepultura en los cementerios de Chacarita y Recoleta si no aceptaba los últimos sacramentos de la Iglesia Católica, por supuesto no aceptó, no renunciaría a su fe y convicciones. Fue enterrada como extranjera en el cementerio británico.
Juana Manuela Gorriti, quien acompañó sus restos, pronunció unas palabras:
Juana Manso gloria de la educación. Sin ella, nosotras seríamos sumisas, analfabetas, postergadas, desairadas. Ella es el ejemplo, la virtud y el honor que ensalza la valentía de la mujer. Ella es, sin duda, una mujer.
Su amigo, el pastor W. D. Junor recuerda en su discurso de despedida que en una de sus últimas conversaciones refirió:
Viendo los progresos que hace el jesuitismo en mi patria, no puedo menos que temer, que tendré antes de mucho, que buscar lugar en otra tierra donde dar descanso a mis huesos. Si hasta ahora tantas persecuciones y aflicciones he experimentado, ¿qué suerte será la que me reserva el porvenir? Los hombres son indiferentes y las señoras fanatizadas y regimentadas por los jesuitas.
Y sugiere el siguiente epitafio:
Aquí yace una argentina que en medio de la noche de indeferentismo que envolvía a su patria, prefirió ser enterrada entre extranjeros, antes que dejar profanar el santuario de su conciencia por los impostores de sotana. Anales, 1875, Nº IX.
El 2 de mayo de 1875 La Ondina del Plata publica:
Juana Manso
Una ley ineludible acaba de cumplirse: la muerte nos ha arrebatado una existencia querida, una obrera del progreso. Juana Manso no existe! La escritora fecunda, la inteligencia privilegiada, la maestra cariñosa, ha abandonado la tierra. Pero, si su cuerpo ha perecido, si ha dejado de ser para nuestros sentidos, no asi su memoria, que será venerada, como la veneramos nosotros, por las generaciones que se sucedan. La señora de Manso desde temprana edad fué un austero apóstol de la enseñanza. La patria le debe la educacion de dos generaciones. De corazon sensible y de sentimientos elevados prodigaba el bien al hermano en desgracia, practicaba la caridad y la virtud; de alma grande, profesando acrisolado amor á su patria, quiso servir de barrera al fanatismo que trata de sepultarla en la abyeccion del espíritu. Llena de fé, se lanzó á predicar ora en la tribuna, ora en la prensa ó en el libro, la libertad de conciencia – siendo escuchada su voz con sincero respeto. Mas, los que esplotan su preponderancia en la familia y en la sociedad, temieron perderla si la señora Manso continuaba en su mision sublime, y le salieron al encuentro – pero ¡ay! con la mentira infame, con la negra calumnia. La vida antes risueña para la ilustrada mujer tórnose sombría. Sin valor bastante para enrostrar la mentira y la calumnia lloró amargamente – y sus días fueron – un lento martirio. Hasta su postrer suspiro arráncolo al sufrimiento. Ha muerto como santa cristina: con la mano sobre la Biblia, sobre ese libro inmortal tan profanado por los malos Ministros de Dios. Ante la tumba que se abre, ante el silencio imponente del sepulcro, seamos justos, que lo perturbe sino los acentos puros de la verdad. Mujer ilustre! Tu nombre es de la historia. Obrera del progreso! El premio de tus vigilas le recibireis en el Cielo.
A la semana de su fallecimiento, El Nacional, anuncia que se proyecta construir un monumento a la memoria de esta ilustre argentina invitando a una reunión. El 30 del mismo mes se hizo un acto público en su memoria. Se constituyó una comisión encargada de fundar una escuela para niños que llevaría su nombre y erigir un monumento a su memoria.
La comisión se reorganizó y en 1881 la presidió Sarmiento, en cuya casa sesionaba. Se creó el Fondo Juana Manso con las donaciones recibidas y se creó el «Premio Juana Manso» A la niña o señora que mejor lea en un concurso anual, un trozo que será de antemano designado, y otro que se le designará en el acto, por la comisión nombrada al efecto:
…El caso de mandarse de Montevideo una suma de dinero que allí se colectó para honrar la memoria de Dña. Juana Manso por su consagración a la educación, sugirió la buena idea de fundar con ella un premio a una dama de origen francés; pues vino pequeñuela a ser americana en colonia que debía formar su padre en el Paraguay, donde padre, hermanos y esposo murieron, andando el tiempo, a manos, o a causa del tirano López, de cuyo recuerdo, y una inteligencia clara, le viene el sentimiento del bien público. A ella se le ocurrió primero la idea de fundar un premio que rememorase el nombre de Juana Manso y le hiciese continuar con su memoria la idea de mejorar y difundir la instrucción a que consagró su vida.
Otra forma tenía su idea; pero sometida a discusión y medidas las dificultades, adoptóse la modificación que establece un premio a la niña o señora que a juicio de una comisión nombrada al efecto lea con más propiedad el trozo que le fuese señalado aun con anticipación.
Las razones que se hicieron valer tienen tal importancia y trascendencia que no está de más enumerarlas sucintamente. Sarmiento
En 1882 se realizó el importante acto en la Escuela de Huérfanos de la Merced:
… en el centro del salón se hallaba el retrato de Doña Juana Manso la excomulgada a guisa de Santa, rodeada de las damas de la Sociedad de Beneficencia y de una concurrencia muy selecta. Era la apoteosis de nuestra primera educacionista cristiana. ¿Quién lo hubiera dicho siete años atrás? Carta de W.D. Junor a Madame Pechieu.
En 1915 sus restos fueron trasladados al Panteón de la Sociedad “El Magisterio” del Cementerio de Chacarita, cedido ante la amenaza de que fueran arrojados a una fosa común.
En un emotivo homenaje despidieron sus restos autoridades educativas, maestras y niñas de la Escuela Juana Manso y sus descendientes. El Monitor publica los discursos en enero de 1916:
Y si estadistas eminentes y guerreros gloriosos, esperan todavía la hora de la justicia póstuma, no extrañemos, señores, que sobre los despojos de Juana Manso, humilde colaboradora de la grandeza nacional, haya soplado el frio glacial de la indiferencia hasta que Ia amenaza de arrojarlos a la fosa común de los desheredados, conmovió el espíritu público que se puso de pie para llegar a su tumba e impedir tamaña profanación. Y ha llegado, en hora propicia para sus manes de maestro, cuando el pequeño árbol de la escuela primaria, que ella contribuyera a colocar en el nuevo surco, se ha convertido en roble gigantesco a cuya sombra, millares de argentinos y extranjeros, en las desoladas altiplanicies del territorio de los Andes, en las selvas misioneras y chaqueñas, en Ia Pampa inmensa y solitaria como en las numerosas ciudades de la Republica, se libertan de la ignorancia y aprenden, sin odios ni sectarismos a amar las ciencias, las artes, el trabajo, la paz, a Dios y a Ia Patria. -Palabras del Dr. Lorenzo E. Lucena.
Sus restos ya no se encuentran allí, hay sólo placas, pero sigue siendo un lugar simbólico para honrar su memoria.
En 1935, el Consejo Nacional de Educación bautizó con el nombre de «Juana Manso» a la escuela N°3 del Consejo Escolar N°10. El mismo año la Asociación Cooperadora del establecimiento obsequió a la escuela un busto con una placa alusiva en bronce. Anteriormente la misma escuela había fundado una Biblioteca con su nombre.
Desde entonces numerosas escuelas, jardines, bibliotecas, institutos y calles a lo largo de todo el país, llevan su nombre en homenaje.
En 1967 se erigió una estampilla con su efigie.
Durante largo tiempo la figura de Juana Manso estuvo velada. A partir del estudio académico de escritoras del siglo XIX, el trabajo silencioso de numerosas investigadoras entre las que se destaca Liliana Zucotti y actualmente Barry Velleman y Karina Belletti podemos conocer nuevas facetas de su vida.
La excelente digitalización de publicaciones periódicas de la época que realizan en Brasil, facilita el hallazgo de artículos y obras desconocidas.
Gracias a la digitalización de los Anales de la Educación Común, accedemos a su valioso pensamiento pedagógico poco estudiado y reconocido; a sus luchas y reveses en la titánica tarea de promover la educación común, laica y moderna.
En 2020 el Ministerio de Educación de la Nación eligió su nombre para la plataforma educativa federal. Miles de estudiantes llevaron su nombre en la computadora, ¡nada la haría más feliz! Lamentablemente fue breve, ya no existe.
En 2023 la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares creó el programa Clubes de Lecturas de las Comunidades Juana Manso, una gran iniciativa que nosotros venimos propiciando desde el 2011.
Juana Manso trasciende fronteras, se la considera precursora del feminismo en Latinoamérica y se la estudia por sus importantes aportes a la cultura en Uruguay y Brasil. Su amada Brasil, la va reconociendo como propia y publica por primera vez sus novelas completas en portugués.
En 2008 comenzamos la tarea de reunir material para su estudio y en 2010 dimos vida a este sitio, que busca honrar su memoria. Gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, hoy podemos ofrecerlo de manera libre, universal y gratuita. Sin educación nada de esto sería posible.
María De Giorgio
Textos de Liliana Zucotti de su artículo Entre la pose y la palabra. En Mujeres argentinas. El lado femenino de nuestra historia. Ed. Esther de Miguel. Buenos Aires, Extra Alfaguara, 1998.