Search

As Consolações

1856

As Consolações

As Consolações por Joanna de Noronha, Rio de Janeiro, Emp. Tip. Dous de Dezembro de Paula Brito, Impressor da Casa Imperial, 1856. (Digitalizado por la Biblioteca Brasiliana Guita e José Mindlim, da Universidade de São Paulo) .

Dedica la obra a su querida amiga, la gran actriz Gabriella da Cunha De-Vecchy.

En septiembre y octubre de 1856 publica el Capítulo XXVIII, en los números 770 y 790.
del periódico Marmota Fluminenseo: Jornal de Modas e Variedades

Juana ha atravesado momentos difíciles y encuentra en la escritura un refugio y en el género de la consolación, la expresión literaria ideal para canalizar su dolor. Siguiendo los pasos de pensadores como Séneca, Boecio y San Ambrosio, escribe sus propias consolaciones. El infortunio, la Providencia, el anhelo místico, el sentido religioso de la existencia y el consuelo en el amor a Dios son los temas centrales de
Las Consolaciones . Una vez más, Juana Manso dirige su obra a las mujeres, quienes, en su visión, necesitan herramientas intelectuales y espirituales para comprender su valor, enfrentar las adversidades y encontrar consuelo en Dios.

No titubeamos en confesar que este libro está escrito más para las mujeres que para los hombres… Es principalmente en nuestra sociedad, donde la mujer desprovista completamente de los atributos de la inteligencia está reducida a un círculo excesivamente limitado, que ella necesita más eficazmente de las consolaciones de la esperanza, de la fuerza, del coraje, de la susceptibilidad de la consciencia y de la inteligencia del deber, para seguir por el sendero solitario donde el prejuicio la encerró.

El oficio de actriz, considerado inapropiado en su época, no le impide reclamar su derecho a reflexionar sobre religión y moral. Juana sorprende y escandaliza, no duda en reconocer su osadía:

¿Qué pensará el mundo de este libro escrito por una actriz? ¿Por una cómica? …Felizmente la excomunión fue levantada y las vestes teatrales fueron quitadas.

Y en otro párrafo:

Es cierto que hay un raciocinio Divino que me puso la pluma en la mano, y me dijo: escribe; a mí, pobre actriz obscura, pobre mujer sin autoridad social.

As Consolações